Comprarse una casa es un hito vital con el que sueña la mayoría de la población, especialmente los jóvenes, ya que invertir en vivienda es un valor seguro, además de que poseer casa propia aporta estabilidad. Sin embargo, la situación económica y laboral actual no siempre facilita este proceso, ya que es difícil contar con liquidez suficiente como para poder sufragar la totalidad del pago de la nueva propiedad. Por este motivo, los compradores suelen recurrir al banco con la esperanza de conseguir una hipoteca que les permita pagar su nuevo hogar en cómodos plazos, pero antes de concederla la entidad bancaria debe realizar un estudio de la vivienda a hipotecar. A continuación te explicamos en qué consiste este estudio financiero.
Estudio de la vivienda a hipotecar
Un estudio hipotecario no es más que el perfil económico que realiza el banco o intermediario financiero para conocer la situación económica del futuro comprador y saber qué tipo de financiación puede permitirse.
Todos los bancos realizan este estudio a los clientes que solicitan el crédito hipotecario con el objetivo de saber si son solventes a largo plazo como para devolver el préstamo que se les concede, por lo que es imprescindible conocer qué es lo que valoran las entidades bancarias para saber si encajamos o no en el perfil concreto que buscan para la hipoteca que queremos pedir.
Consulta a la Central de Información Riesgos del Banco de España
El primer paso que da el banco para realizar el estudio de una vivienda a hipotecar es consultar las posibles deudas que pueda tener contraídas el solicitante. Para ello, acude a la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE), en donde puede encontrar información sobre si tiene algún tipo de deuda pendiente (hipotecarias o no) para valorar su situación financiera y fiabilidad.
El objetivo de esta averiguación es reducir las posibilidades de impago de cuotas que puedan resultar en una ejecución hipotecaria y el consecuente (y doloroso) desahucio por impago. En este sentido, cuantas más deudas tenga contraídas el solicitante, y a mayor cantidad asciendan, más difícil será que el banco pueda concederle una hipoteca.

Estudio de la capacidad de endeudamiento
La capacidad de endeudamiento no es otra cosa que el porcentaje de los ingresos mensuales que una persona puede destinar al pago de deudas sin afectar a su seguridad económica personal (y la de su familia, en caso de tener hijos o parientes a su cargo).
Los bancos consideran que el máximo endeudamiento al que puede hacer frente un trabajador con su sueldo es el 40%, ya que se entiende que cualquier deuda o deudas que en conjunto superen este valor pueden poner en compromiso la devolución del préstamo hipotecario, es decir: que en caso de dificultades económicas o por la aparición de nuevas deudas (como pago de estudios universitarios, compra de coches, inversión en negocio familiar etc.), es posible que no puedan pagar la hipoteca.
Documentación para acreditar la solvencia
Para probar que el solicitante de la hipoteca es solvente, el banco pide que se le proporcione una serie de documentación con el objetivo de evaluar su situación laboral y los ingresos con los que cuenta a fin de poder devolver el préstamo:
- Documento Nacional de Identidad.
- Hoja de vida laboral de la Seguridad Social.
- Declaración de Impuesto Sobre la Renta (último ejercicio).
- Contrato de trabajo y últimas tres nóminas (para trabajadores por cuenta ajena).
- Últimos pagos de Seguridad Social y las últimas tres declaraciones de IVA e IRPF (para trabajadores autónomos), así como cualquier documentación que acredite la continuidad y sostenibilidad del negocio.
Asimismo, siempre será un punto a favor a la hora de conceder una hipoteca el hecho de contar con ahorros previos, especialmente si es en la misma entidad en la que se pide el préstamo hipotecario. Las hipotecas no suelen cubrir la totalidad del precio de compra (lo más habitual es que cubran hasta el 80%), por lo que es importante contar con dinero ahorrado para poder hacer frente tanto a ese 20% restante como a los demás gastos que lleva aparejada la compra de la vivienda.
Estudio de la garantía de la hipoteca
A la hora de conceder un préstamo, el banco puede recurrir a otro tipo de documentación aparte de la situación económica y laboral del solicitante para el estudio de la vivienda a hipotecar. Se trata del estudio de garantía de otras propiedades que pueda poseer el solicitante (como por ejemplo, un local o un apartamento) cuyo valor serviría para que el banco pudiera recuperar el préstamo en caso de impago.
En este caso, en lugar de las nóminas y contratos de trabajo, la documentación que se pide es:
- Nota simple del Registro de la Propiedad para certificar la titularidad del inmueble.
- Último recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles.
- Último recibo del seguro de la vivienda.