En España, especialmente en las grandes ciudades, es casi imposible comprar una vivienda porque los precios de los inmuebles se disparan. Por este motivo, cada vez son más las alternativas que van surgiendo en el mercado inmobiliario para poder invertir en vivienda sin tener que pagar un precio prohibitivo. A continuación, te explicamos qué es la nuda propiedad, una de las mejores y más rentables opciones para invertir en vivienda a largo plazo.
¿Qué es la nuda propiedad?
La nuda propiedad, como su propio nombre indica, hace referencia a la propiedad «desnuda», es decir, al mero título jurídico que otorga el poder sobre la propiedad de un inmueble y convierte a quien lo posee en su dueño legítimo. Se diferencia del derecho a la propiedad tal y como lo conocemos en que la nuda propiedad no lleva aparejados el resto de derechos que la propiedad puede traer consigo, como son la posesión o el uso y disfrute.
El usufructo (o uso y disfrute) sobre un bien inmueble proporciona el derecho de habitar el inmueble o alquilarlo y a cobrar las rentas de este alquiler. La nuda propiedad, en cambio, proporciona el derecho sobre la estructura del inmueble como tal, y que puede ejercitarse una vez que el usufructuario o morador abandona la vivienda de forma definitiva.
¿Cómo se invierte en nuda propiedad?
La forma más habitual de invertir en nuda propiedad es comprar un inmueble ya construido y habitado a precio reducido en comparación con su precio de mercado, a cambio de comprometerse a esperar un plazo determinado de años a poder disfrutar del derecho a su uso y disfrute.
Este plazo puede ser fijo y, por tanto, considerarse un usufructo temporal, que expira en una fecha determinada; o ser más aleatorio, sin fecha fija concreta, y estar sujeto a una condición determinada, lo cual suele ocurrir en el particular en el contexto de las rentas vitalicias.
En este caso, que es la forma más habitual de transmisión de la nuda propiedad, el comprador adquiere la casa a un precio reducido y por un plazo determinado, cuya finalización suele fijarse a fecha de la muerte del comprador o su abandono definitivo de la vivienda por otras causas (por ejemplo, para trasladarse a vivir con la familia o a una residencia).
El comprador, por su parte, recibe la cantidad líquida acordada en el momento de la compraventa, y pierde la propiedad de su casa, pero sin renunciar a su derecho a vivir en ella hasta el final de sus días.

La nuda propiedad, una inversión inmobiliaria a largo plazo
Los expertos inmobiliarios consideran que la inversión en nuda propiedad es una de las formas de inversión menos arriesgadas. En efecto, el seguimiento es mucho menor que en el caso de una compraventa. Y la rentabilidad es mayor que en el caso de una inversión en propiedad convencional. Aunque todavía no es la opción más popular en nuestro país, sigue creciendo cada vez más. Ha experimentado aumento del 15% anual el pasado año.
Ventajas financieras en un mercado que se endurece
Gracias a la recesión económica provocada por la crisis del ladrillo hace ya más de una década, en los últimos tiempos el mercado inmobiliario español ha sido un espacio especialmente favorable para los inversores que buscaban sacar rendimiento a su patrimonio adquiriendo propiedades, con tipos muy bajos y condiciones mucho más accesibles.
En cambio, actualmente nos dirigimos a un escenario de mercado menos ventajoso en general. El precio de la vivienda está creciendo cada vez más y comprar una casa se hace cada vez más costoso, especialmente para los jóvenes que adquieren propiedad por primera vez. Y en este contexto cada vez más cambiante, la nuda propiedad puede representar una gran oportunidad a largo plazo, puesto que es un tipo de inversión que tiene muchas ventajas.
El precio y los gastos se reducen
La primera y más evidente es el precio, que de entrada es mucho más accesible que una compraventa normal y corriente. Por ello, aunque el comprador renuncia a disfrutar de la vivienda de forma inmediata y a poder percibir rentas por alquiler durante toda la duración del usufructo, la propiedad experimenta un descuento durante la duración del activo inmobiliario que es muy atractivo, y que en muchos casos puede suponer una reducción a la mitad del precio de mercado. Este descuento corresponde al valor de la suma de los alquileres a los que renuncia el inversor. Esta reducción del precio permite justificar una mejor relación en términos de rendimiento y riesgo de mercado.
Además, los gastos de notaría también se reducen, ya que se calculan sobre el valor de la venta de la nuda propiedad en sí, y no sobre el valor inicial del inmueble. Esto sigue permitiendo al inversor acceder a la propiedad a precios más asequibles, a cambio únicamente de esperar antes de poder obtener la plena propiedad de su inmueble.